Mientras reptas al lado derecho de la cama,
tenues a la vez que sucias son las horas que predican
Gimes y te escurres como aceite en la almohada.
No te quedes ahí. ¡Bienvenido al que critican!
Los paralelismos comienzan a distenderse,
nada entiende nadie y nadie dice nada.
No hay más falacias para creerse
- dice a subasta su varita de hada.
Bailaremos a la luz de la luna
tú, mis manos y sus vidas,
mientras suena la canción de cuna
Dulces sueños mi querida.
Y comprendió que este era el principio de su historia por escribir.
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