domingo, 2 de febrero de 2014

Mi felicidad sólo puede... ¡Solo puede hacerse con mis propias manos!

Mi felicidad sólo puede... ¡Solo puede hacerse con mis propias manos! Mi felicidad no depende de nadie más que de mi. Minorin Kushieda.
Hoy cuando iba andando por la calle a la universidad estaba absorta pensando en qué futuro maravilloso tenía preparado el destino para mí, acabar la carrera, encontrar un trabajo y conocer al amor de mi vida. No lo sabía en que orden sucederían estos acontecimientos, seguramente tampoco sabía en que orden vendrían mis hijos pero ya tenía claros hasta los nombres.
Sin embargo algo inesperado sucedió, me quedé sin ninguna razón y fuera de todo pronóstico mirando a una pequeña mariposa que se cruzo por mi camino. Con mi mirada le seguí el vuelo y no me pude fijar en el escalón que había delante mío cayendo de bruces. Ya en el suelo el viento comenzó a sacudirme y los apuntes al salir de la carpeta comenzaron a bailar con él escapando de mis manos, la sangre de mis rodillas se rebeló y empezó a deslizarse manchando todo lo que se cruzara en su camino. Yo confundida movía las manos casi cegada por el aire intentando recoger los folios cuando la mariposa se estrelló contra el suelo.
Por supuesto perdí mi tranvía y tuve que quedar esperando al próximo que pasaba en media hora. Una señora vestida totalmente de negro se acercó a la parada y se sentó muy próxima a mi, lo cuál me impactó e incomodó al momento.
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Soy tu destino, tengo que comunicarte una cosa. No contábamos con la inesperada mariposa y ahora los planes van a salir mal. Tenías que seguir como hasta ahora, hubieses ido al tranvía y hubieses conocido al que sería el amor de tu vida, también habrías llegado a tiempo a tu reunión del trabajo de tus sueños y habrías colmado tu felicidad teniendo unos hijos con los nombres que estabas pensando. Lo siento, ahora estás condenada a llevar una vida infeliz y de sufrimiento por estar sola y no tener éxito en tu carrera profesional.

Bueno, supongo que ha sido un poco parte de mi imaginación algún trozo de la historia. Sin embargo quería pensar de la manera que sería infeliz por no encontrar a mi media naranja o no lograr el éxito en mi carrera profesional. Nos han inculcado desde niños que tenemos que seguir unas normas para ser felices, que solo tenemos el objetivo en nuestra vida de completar con éxito nuestra carrera profesional. Y además de eso, tenemos que encontrar a una persona con la que queramos compartir el resto de nuestra vida. ¿No es eso mucha carga para solo una persona? ¿No se nos está exigiendo demasiado?
No tengo muy claro los datos pero muy pocas personas logran llegar al éxito en su carrera profesional, y el cincuenta por ciento de los matrimonios se divorcian. Me lleva a pensar que algo no esta claro, que esas aspiraciones y obligaciones de cómo debo ser son equívocas y solo me provocan infelicidad.
Reid, llorad, luchad y sobretodo sed felices. Buscad ser lo que quereis y no caigamos otra vez en el error de ser lo que se espera de nosotros. Pero sobre todo sabed que la felicidad de uno mismo sólo depende de él.

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